Cómo ser sicario en 127 páginas

Por Andrés Sánchez

Es posible que entre nosotros haya sicarios de clóset. Muchos días despertamos con ganas de volver a cerrar los ojos, no enterarnos de lo que pasa a nuestro alrededor, imaginar que la situación económica y política es distinta e, incluso, suponemos lo que sería si viviéramos en otro país. ¿Casual?, quizá; regularmente las problemáticas son las que más hacen acto de presencia en el día a día, aunque se han normalizado tanto que parecen ser invisibles.

Algunos se quejan de la situación de pobreza en la que más de la mitad del país está sumergida, de la interminable violencia en sus múltiples presentaciones, pero mayoritariamente física, sangrienta. Caminar entre las calles se hace cada vez más difícil y peligroso; se comienza a desconfiar del prójimo y se procura cuidar la propia espalda; el transporte público es horripilante y hasta denigrante. Lo más fácil sería sacar una pistola y poner plomo sobre todo lo que nos disgusta para terminar de una vez por todas.

Quizá lo anterior pueda parecer en extremo pesimista, algo que es malo y siempre se dice; sin embargo, surge como algo inherente a la ciudad que habitamos, a muchas de las megalópolis mundiales que viven un contraste entre el lujo y la opulencia en ciertos sectores mientras en otros se mueren de hambre. Es algo que pasa en México y, según La Virgen de los Sicarios, en Medellín, Colombia. Las balas se reparten más temprano que el pan y en mayor cantidad.

Este panorama nos plantea Fernando Vallejo, cineasta, biólogo y escritor colombiano que ha generado esta obra que toma forma de novela corta y que destaca por su clara narrativa, su enfática descripción e innegable crudeza. No se anda con rodeos, deja en claro lo molesta que es la ciudad y todos quienes ahí habitan; molestos son los ignorantes, los que se dedican a robar, los pobres que siguen reproduciendo más pobreza en cada embarazo descuidado y sin planeación, los ancianos y los enfermos que ningún bien hacen a la sociedad y sólo estorban.

En el libro, aparece el personaje de un escritor que pareciera ser alter ego de algún deseo o represión de Vallejo, un crítico de la vida en Colombia que cada vez se hace menos vivible, más arriesgada y grisácea. Lo único que puede darle cierto color son sus conquistas adolescentes, los cuerpos firmes de sicarios que le dan vitalidad y sentido a su pesimista y cuasi anciana vida.

Sin duda, esta obra ofrece un análisis de la realidad no sólo en Colombia, sino en la mayoría de los países latinoamericanos y del llamado "tercer mundo". Un duro golpe literario libre de eufemismos y lo políticamente correcto; son palabras que rompen las reglas, letras de protesta y reprimenda, un libro sin ley como el mismo pueblo de Medellín.

Fernando Vallejo escribe que, según los sociólogos "los sicarios le piden a María Auxiliadora que no les vaya a fallar, que les afine la puntería cuando disparen y que les salga bien el negocio."; yo sólo pido prudencia y sensatez para no dejar pasar la oportunidad de leer La Virgen de los Sicarios, que se complementa de manera idónea con su adaptación cinematográfica y, sobre todo, con la apantallante vida real. 

© 2016 Voces Urbanas/ Revista cultural digital
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar