Rastros y Vestigios
Por Alberto Colín
Las personas y los objetos dejan huellas que nos permiten inferir su historia. Nunca la sabremos con certeza, pero las fotografías, videos, esculturas, cuadros y escritos se convierten en evidencias para realizar miles de interpretaciones. Cada espectador tendrá una nueva versión para explicar qué sucedió, cómo repercute todavía y criticar comportamientos actuales.
Bajo esta premisa se conforma la exposición Rastros y Vestigios. Indagaciones sobre el presente con ciento veintiún obras de arte contemporáneo del siglo XX y XXI, que se encuentran en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en el corazón de la Ciudad de México hasta el 21 de agosto.
Los trabajos mostrados pertenecen al acervo de la Colección Isabel y Agustín Coppel (CIAC) y a decir de la curadora Tatiana Cuevas "plantea un ejercicio de especulación para un observador ajeno a nuestro tiempo y cultura, un posible arqueólogo del futuro que se proponga explicar las problemáticas y contradicciones de nuestro tiempo".
La CIAC desarrolla la exposición porque tiene como fin difundir el arte contemporáneo internacional. Por ello, Cuevas es la encargada de volver accesible las obras, a través de añadir información por pieza para contextualizar lo invisible: la presencia del ser humano.
En sólo una composición artística aparecen personas, en las restantes no hay representación directa de ellas; sin embargo, aparecen señales de que alguien ha pasado y dejado su marca al modificar el entorno. De esta manera, uno imagina incontables guiones para los protagonistas, recrear los hechos para descifrar los misteriosos escenarios planteados por 64 artistas.
Teresa Margolles, artista mexicana, emplea esos recursos para darle voz a aquellos quienes prefirieron quitarse la vida al plasmar fragmentos de las notas suicidas en las marquesinas de los cines, como si se tratara de una ficción, pero son actos reales.

Teresa Margolles, Recados póstumos (Cine Avenida), 2006. "Adiós te dice la fea la asquerosa que siempre odiaste".
Además, los mensajes en las paredes de las salas del Antiguo Colegio de San Ildefonso destacan las funciones de los vestigios. Las letras negras con un fondo blanco recuerdan el papel de las construcciones en las sociedades: "las edificaciones olvidadas funcionan como testimonios suburbanos de la modernidad". Por ejemplo, el trabajo de Zhang Dalí, artista chino, quien contrasta los templos bien cuidados y las casas destruidas.

Zhang Dalí, Demolition, Forbidden City, 1999.
En los vestigios prolifera la carga simbólica, los elementos en su totalidad juegan con los significados. Francis Alÿs, artista belga, se divierte al transformar pedazos de madera en un arma y agregarle dos carretes con material fílmico; el concepto cambia, ahora interpreta a la violencia mediática.

Francis Alÿs, Untitled (Gun number 14), 2005-2006
Después de observar las obras es momento de cuestionarse y reflexionar al respecto: ¿Por qué los suicidios se convierten en espectáculos públicos? ¿Cómo sobreviven los pobres en una sociedad desarrollada? ¿Cuál es el contenido de la cinta que resulta amenazante?

