Guanajuato: una máquina de tiempo y magia
Por: Liset Pantoja Delgado
Basta sólo comenzar a caminar por sus calles empedradas para saber que estás a punto de emprender una aventura que, seguramente, será inolvidable. Es suficiente recorrer los callejones, admirando sus edificios y casas para saber que estás sumergido en una máquina de tiempo que, de pronto, te ha transportado a otra época. Y es que Guanajuato es eso: colores, sabores, olores y texturas que en suma con la calidez de su gente, convierte tu estancia en dicho lugar en algo mágico.
El "Destino Cultural de México", tal como se le ha nombrado, es una ciudad que día con día alberga a miles de turistas, convirtiéndose así en uno de los lugares más importantes del país. Éste no puede defraudar a sus invitados, por lo que sabe que debe ofrecerles lo mejor de lo mejor. No se vayan con la finta de que ahí todo es cultura, pues también hay fiesta y cosas intrépidas por hacer.
Con su familia, sus amigos, su pareja o incluso solos, no tengan ninguna duda de que realmente van a disfrutar su estancia en este increíble lugar. Es difícil elegir con qué actividad empezar, pues todo parece tener más de cinco estrellas de calificación. Quizá lo primero será sumergirse por sus túneles y así sentirse en una película de terror, pues con la oscuridad podrían creer que algún ser misterioso está a punto de aparecer, aunque esa sensación no durará mucho porque pronto regresarán a la superficie donde el sol se asomará para decirles que no sólo los guanajuatenses serán los cálidos aquí.
Comienzan a caminar y no importa que de pronto sientan que ya no pueden más porque lo empinado de las calles y la altura de la ciudad les han jugado en contra, saben que eso forma parte de la aventura y están dispuestos a seguir, obviamente no van a defraudar a su anfitrión. Tomen un respiro, por favor, no pueden quedarse sin subir la majestuosa Facultad de Derecho, pues la vista de ahí es impresionante; además, su infraestructura los dejará anonadados.
Hablando de vistas soberbias, "El Pípila" ya está esperándolos. Deben saber que están a punto de subir un camino largo, pero quién dijo que lo bueno sería fácil. No van a arrepentirse y mañana amarán el dolor de piernas que tengan. ¿Lo ven? Han cambiado sus rostros que reflejaban sufrimiento y cansancio, ahora están sorprendidos y maravillados; han recuperado el aliento para perderlo de nuevo, pues no pueden creer la vista que tienen ante ustedes. Disfruten el sol y el viento, disfruten la majestuosa postal que tienen en frente; si pueden, grábenlo en su memoria para siempre.
Sé que adorarían quedarse todo el día aquí, pero es momento de seguir y de que ustedes sigan sorprendiéndose. Ahora no será necesario subir escaleras ni estar en lo más alto para admirar este lugar que, sin duda, tiene una infraestructura que deja maravillado a todo el que lo ve. Es el Teatro Juárez y no, no es necesario entrar para que queden enamorados, ¿verdad? Pueden tomarse los minutos que quieran; admiren sus columnas, colores, acabados; en conclusión, admiren su belleza.
Ahora es momento de que observen un lugar, por demás, histórico: La Alhóndiga de Granaditas. Actualmente es un museo, en el cual te cuentan lo sucedido hace años; sin embargo, pueden simplemente quedarse un rato sentados en sus escalones, viendo a la gente pasar y respirando el ambiente de tranquilidad que sólo Guanajuato podría darles. No olviden regresar aquí en la noche, pues es una de las estructuras que se iluminan y, como podrán imaginar, se torna aún más impresionante.
El tiempo se ha ido volando, aunque no lo parezca es hora de prepararse para la última actividad del día; tal vez sea aventurado decirlo, pero hay un noventa por ciento de probabilidades de que ésta sea su favorita. No pueden irse de aquí sin formar parte de las tradicionales callejoneadas; no, en verdad no pueden. Disfruten de la música de estos talentosos muchachos que, además, los están haciendo reír con sus ocurrencias; vuelvan a disfrutar las calles de Guanajuato porque dicen que de noche son aún mejores. ¡Canten, bailen, rían, gocen! De eso se trata estar aquí.
La callejoneada los dejó aún más cansados, pero es un cansancio que vale la pena, ustedes lo saben. Bueno, están cerrando con broche de oro su día, pero ¿qué creen?, hay una última parada: el Callejón del beso. Disfruten la leyenda, para que posteriormente, vayan a conocer dicho lugar tan emblemático. La distancia es tan corta entre un balcón y otro que es difícil estar ahí y subir las escaleras, pero no pueden quedarse sin hacerlo, pues deben sentirse parte de esta romántica, pero trágica historia.
Seguramente Guanajuato va a convertirse en uno de sus lugares favoritos y pronto querrán regresar, pero por ahora es momento de bajar de esta máquina de tiempo, descansar y prepararse para otro día, el cual, sin dudarlo, estará lleno de nuevas aventuras, pues aquí ésas jamás paran. Sólo una última cosa: nunca dejen de disfrutar y maravillarse con este Estado, pues es justo eso lo que lo mantiene vivo.