La búsqueda de las luciérnagas

Por: Daniela Sagastegui 


¿Qué buscas en la noche con tu farola opaca? - Carlos Pellicer

María responde a esta interrogante desafiando a Pellicer: "¡A mí misma, estúpido Pellicer!". En efecto, la protagonista de esta historia trata de encontrarse desde Bergen hasta Guatemala en la obra El amor de las luciérnagas, escrita y dirigida por Alejandro Ricaño.

Haciendo uso del realismo mágico, la comedia nos presenta con una situación seguramente conocida: el fin de una relación amorosa. María es una escritora de teatro que descubre la infidelidad de su novio, Rómulo. Por esto, ella decide irse al fin del mundo, es decir Bergen, donde compra una máquina de escribir que se rumora está maldita. En esta escribe un posible encuentro con una doble suya, a quien le pide se haga cargo de su vida. Al día siguiente, la ficción se vuelve realidad y María hará todo lo posible para recuperar su identidad.

Así, la obra es una alegoría sobre la pérdida, la búsqueda y el encuentro con uno mismo; es la continua evolución del ser humano en la cual se trata de descifrar quiénes somos y de llegar a una auto-conciliación. Esta exploración surge a partir de la otredad del mundo, esa con la cual el individuo crea a su entorno y, paralelamente, la sociedad construye a cada persona. Esta otredad no sólo se observa en la doppelgänger de María, sino también en la tríada que la representa. Este recurso funciona para entender la complejidad del personaje y de la naturaleza humana en cuestión; es la evolución individual que sucede durante una sola travesía: la vida.

"Sé que todo esto dolerá. Sé que quizá todo vuelva a estar jodido y qué más da. Vendrán los días buenos; como las luciérnagas: intermitentementes y eso bastará". Este soliloquio de la obra sintetiza, precisamente, el resultado del viaje de María: se termina con una etapa y empieza otra. Para la protagonista este encuentro de sí misma es el verdadero fin del mundo, es el fin de ella misma. Ella ya no es la misma que era al inicio del búsqueda, ha dado paso a una nueva fase de su vida, dejando ir a la anterior y como tal su yo actual se vuelve pretérito, en el momento en el cual comprende que los efímeros momentos agradables conviven con un otros amargos; sin embargo, la vida no es por eso menos disfrutable.

Si bien en este caso el detonador es una decepción amorosa, todos hemos pasado por un momento, quizá más largo, quizá más corto, en el cual queremos "tirar la toalla", renunciar a todo porque nos hemos perdido a nosotros mismos. Esto es lo que hace a la comedia un gran éxito. La capacidad de que el público se identifique con la obra, de apropiarse de ella y decir: "Esta es mi historia".

Esto se intensifica con los subtemas de la obra: la política, la religión, México, el arte, la amistad, el sexo, la desigualdad, el primer amor, los celos, un corazón roto... Desde lo sagrado, hasta lo profano; de lo más formal, hasta lo más banal: la diversidad de los tópicos abordados a lo largo de la obra son tan cercanos y cotidianos para el espectador que el trato irreverente que se les da logra la sátira y la creación de afinidad entre los personajes y el público.

El amor de las luciérnagas se presenta en su última temporada en el Teatro Julio Prieto hasta el 24 de julio con los siguientes horarios: Viernes 20:30 horas, sábados 18:00 y 20:30 horas, domingos 18:00 horas.

Dramaturgia y dirección: Alejandro Ricaño.

Elenco: Sonia Franco, Ana Zavala, Sofía Sylwin, Sara Pinet, Hamlet Ramírez, Pablo Marín, Miguel Romero y Luis Eduardo Yee.

Costo del boleto: $200.

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